Partido Real Valladolid vs. Granada CF 2013/2014

En esta ocasión no habrá fotos, no son necesarias. Lo que ha ocurrido en este partido se podría definir como la crónica de una muerte anunciada.
Último partido de la temporada, el Real Valladolid jugándose la vida, pero por mucho que hiciese, el resultado final de la temporada no dependía de ellos. Numerosos fallos de la temporada en momentos importantes hicieron que el Pucela llegase a la última jornada del Campeonato Nacional de Liga necesitando resultados favorables de terceros. Atrás quedaron las grandes gestas cosechadas ante Barcelona y Real Madrid, hoy era cuando había que dar la talla. Y no ha sido así.
No vamos a negar que existía optimismo por parte del club, que por primera vez en la temporada colgó el cartel de no hay entradas, montó una fiesta para agrupar a la afición, etc. Dicho optimismo también se encontraba en los corazones de la hinchada, pero esos mismos corazones también sentían que el descenso era más que probable.
El ambiente en el Nuevo José Zorrilla era inigualable, y el encuentro comenzó con 25.000 almas cantando a pleno pulmón el antiguo himno del Real Valladolid con esperanza y hambre de victoria. Desde megafonía se anunciaba que por orden de la Liga de Fútbol Profesional no se mostrarían en el videomarcador resultados del resto de encuentros ni el tiempo de juego. Pero esto no era una preocupación, ya que, unidas a las tradicionales radios, las redes sociales harían esa labor de informar al aficionado. Y una de esas noticias llegó en el minuto 12, cuando bien por los medios anteriormente dichos, bien el boca a boca entre aficionados, nos enteramos de la avalancha que se produjo en el Sadar, hecho que provocó la suspensión temporal del Osasuna - Betis (que en ese minuto reflejaba un 1-0 en su electrónico), y a la postre en el resto de partidos, ya que debido a esto el comienzo de las segundas partes se retrasó 45 minutos, para que volviesen a comenzar simultáneamente todos los partidos incluidos en la lucha por la permanencia.
Pero volvamos al césped de la capital del Pisuerga. El Real Valladolid no estaba jugando como esperaba la afición, no se estaban dejando la vida en el campo. Solo hubo una ocasión favorable para el Pucela en la primera parte, y esta la amarró Javi Guerra. Dicho periodo acabó de la peor forma posible. Dos minutos antes del pitido que conduciría a los jugadores al túnel de vestuarios para un descanso de 45 minutos, Mitrovic marcó un gol en propia puerta, lo que alejaba al conjunto de Juan Ignacio Martínez de la Primera División.
El descanso llegó, y si juntamos todos los factores (la pérdida de esperanza con el gol en propia puerta, resultados desfavorables en otros campos y el descanso más largo de la cuenta bajo un sol de justicia) es fácil comprender a todos los que abandonaron el coliseo blanquivioleta durante este periodo.
El partido se reanudó, y se pudo observar más de lo mismo, todo ello unido a un creciente juego sucio por parte del Granada, con numerosas interrupciones innecesarias (el coche médico entró dos veces para que luego el jugador se levantase al instante), así como demasiadas pérdidas de tiempo. Como siempre, el equipo despertó cuando fue demasiado tarde, y gozó de varias ocasiones en el tramo final del encuentro, pero todas ellas echadas a perder.
Quedaba poco para el pitido final, y la afición granadina comenzó a entonar aquello de "Pucela es de Primera". Bonito gesto de los nazaríes, aplaudido también por los locales. Pero se quedó en eso, un gesto, un cántico que no se llegó a cumplir.
Pitido final. Los jugadores del Granada festejan su salvación. El Real Valladolid ha descendido a Segunda División. Jugadores y afición lloran por ello, pero en el fondo saben que se lo han buscado.
Terminó hoy una temporada para el olvido, en la que el equipo no supo dar lo mejor de sí cuando más se necesitaba. Se aproxima una época de muchos cambios, el primero y más necesario a mi parecer en el banquillo. Pero no solo la dirección técnica necesita de esos cambios. Los jugadores y la institución tienen que cambiar, porque no solo hoy, durante toda la temporada ha decepcionado a su afición. Una afición que les sigue a muerte, aunque solo sean unos pocos los que lo demuestran durante todo el año y muchos los que se suben al carro, y este también es un aspecto en el que se precisa un gran cambio, debemos apoyar con más fervor a nuestro equipo. Me incluyo en este último grupo, no me avegüenza decirlo, pero aun siendo madridista, mi corazón alberga un gran sentimiento hacia el Real Valladolid, me alegro de sus éxitos y sufro con sus fracasos.
Hemos caído, sí. Quizá esta es la caída de la que más nos costará levantarnos, llevará su tiempo, pero lo conseguiremos. Hay que hacer muchos cambios, aprender de nuestros errores, para eso está la historia. El recuerdo muchas veces duele, pero también enseña lo que no podemos volver a repetir. Nos levantaremos.

Volveremos.

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